Adrián Dárgelos de Babasonicos se confiesa: Tengo momentos especiales para componer, que aparecen cuando las ideas empiezan a apremiarme y a pedirme que las saque.
Soy vago, nunca tengo ganas de hacer nada, así que en un momento empiezo a confundirme por vivir en la fantasía.
Entonces tengo que empezar a bajar fantasía de mi cabeza, porque se me llenó. El motivo para escribir una canción es intentar descubrir algo no contado. Cuando una puerta no cierra bien hay una luz, entonces espío por ahí y descubro alguna sensación que, a mi criterio, no ha sido contada. O que no fue contada de la manera en que yo la percibo. El motivo es una mezcla de necesidad y la inspiración: la necesidad es querer contar eso que descubrí, y la inspiración, el vehículo que hace que lo cuente. A veces descubro que otros dijeron eso, pero es tan genial que no se dieron cuenta de que podía ser interpretado desde otro lado, o leído con otras palabras. Porque, normalmente, está todo dicho en este siglo y con este lenguaje, pero hay diferentes sensibilidades para interpretarlo en las canciones.
Muchos temas los compongo con la banda, pero las letras –salvo algunas que hace Mariano– no tienen mucha relación con la música. Es decir, no espero que esté la música para escribir la letra. Por lo general, tengo fragmentos de melodía o voy haciéndolos con los chicos, entonces voy imaginando qué me sugieren y voy pegándoles los temas de los que quiero hablar. A veces esos temas se quedan sin canción… Tengo muchos cuadernos en los que escribo las letras y ahí quedan muchas cosas que creí descubrir, pero que no se convirtieron en canción y no fueron hacia ningún lado. Otras veces los bocetos de melodías me sugieren qué idea elegir y sobre qué tema trabajar.
No termino las letras en un día. A veces las espero, vuelvo a ellas, las corrijo, las trabajo, veo hacia dónde pueden ir y tardo hasta el último día para decidirme sobre qué artículos usar, en qué persona narrar, cuándo saltar de una persona a la otra o cuándo confundir a propósito. Esos detalles los manejo durante el desarrollo de la canción y a veces el mismo estilo de la canción hace que los modifique. Siempre tengo presente el swing, porque la letra tiene una estructura fonética que da una idea del corte silábico y de la acentuación. Uno tiene que tratar de no alterar el significado con la acentuación y que eso quede con una dinámica y con un swing. Generalmente compongo con una guitarra, porque para partir la estructura métrica de una canción hay que conocerla. Si no conoces la estructura, es probable que la canción te salga más previsible.
Tengo un estilo que es un poco cínico y maldito; versado en la incorrección, porque eso me da placer. Igual, me gustaría tener un estilo para cada disco. Siempre trato de olvidarme de qué forma escribía y no escribo inmediatamente después de un disco para distanciarme de la temática. Aunque sé que es imposible, me gustaría ser un escritor nuevo cada mañana, con vicios distintos para escribir.
Fuente: Página 12
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muy buena entrevista que fecha tiene? un abrazo, daniel