Música

La música y el concepto de naturalidad

La música y el concepto de naturalidad

La magia del arte reside en su estado natural, en el cual la música pareciera fluir natural, escaparse de los poros del cuerpo del artista y deslizarse entre dedos tanto en su composición como interpretación. Todo pareciera ser completamente espontaneo, o al menos es lo que pareciera creer el publico.

Esta idea de “La inspiración del momento”, introduce un nuevo concepto que denominaremos el concepto de naturalidad en la música.

En este artículo veremos un análisis diferente de la música, tanto en la composición como en la ejecución el cual parte del concepto de naturalidad.

Una línea (de un poema) quizá pueda llevarnos horas;
pero si no parece una inspiración del momento
todo el trabajo habrá sido en vano.
Adam’s Curse, William Butler Yeats, 1865-1939.

El concepto de naturalidad implica dos estados: el forzado y el fluido(o natural). El concepto de estado forzado es opuesto al estado natural, y se entiende como “obligado por la fuerza, no espontaneo o falso”.

El estado natural es similar a un estado fluido implica “una apariencia poco trabajada o elaborada, no forzado o fingido”. Es decir se lo entiende con las cualidades “sencillo, o espontáneo”.

El estado natural en la música

La música suele comprenderse a partir de la teoría de la música, lo cual lleva a complicados entendimientos de la armonía y las cualidades del sonido en el que todo se resume al intento de comprender porque suena natural (o suena bien) esta nota en este lugar tocada de esta manera por este instrumento.

El punto principal por el cual la teoría de la música es importante es para lograr “armonía” es decir tocar notas que no suenen horribles, es decir fuera de lugar o metidas a la fuerza (no naturales).

Lo cual es evidencia cuanta más armónica es una composición, más natural sonará, la cual da una sensación de mayor fluidez en la obra. En contraposición al estado forzado en el cual uno o varios elementos suenan mal,  fuera de lugar, o ajenos a la obra.

Por supuesto, está en la capacidad del músico en jugar con el estado natural y el forzado en la armonía lo que permite generar un mayor desarrollo de la obra o de nuevos sonidos. Esto establece la diferencia entre el músico que es consciente de que está torciendo la armonía adrede y es capaz de lograr el estado natural y aquel que simplemente suena mal  y no sabe por qué.

De este modo, es el virtuosismo de un músico en su composición aquel que logra que un estado forzado suene  natural. Este es el estado ideal de una obra, la total naturalización de sus elementos, su integración a pesar de cuan ajenos puedan ser en principio debido a sus cualidades.

Algunos aspectos a tener en cuenta para lograr un estado natural

Cualidades armónicas: Todos los elementos deben comprender las mismas cualidades armónicas. Esto referencia la gran pregunta es ¿Por qué tocamos esta nota o acorde aquí y de esta manera? Por supuesto, es válido utilizar recursos musicales como notas de paso, cromatismos, modulaciones, repetición, para salirse del estado natural armónico pero todo esto es para parecer natural y no forzado.

Cualidades sonoras: Los diferentes elementos deben comprender similares cualidades sonoras integradas al resto de la obra. Un instrumento que suena muy “chillon”, “seco” sonará no natural y se verá forzado. Vale pensar en los diferentes timbres y matices de un mismo instrumento.

El estado natural de una melodía: Una melodía que va ser cantada obligadamente debe parecer natural. Es decir contar con espacios para que el interprete pueda respirar, la extensión de las notas,  o el rango de altura de la melodía sea  real (tesitura) entre otros elementos. Para leer más sobre esto: Aspectos importantes de una melodía para cantar

Cualidades liricas: Que las palabras utilizadas sean naturales y no forzadas, es decir que no entren forzadamente (más silabas que notas), mal acentuadas, así como errores ortográficos o de pronunciación, el abuso de estereotipos y frases hechas arruinan el estado natural de una letra.

El estado natural de la ejecución

El segundo punto al que vale hacer mención es el estado natural de la interpretación o ejecución de la obra.

Si bien algunas personas cuentas con mayor cualidad para la música, el estado natural proviene del esfuerzo, la dedicación y la práctica. Esta idea de internalizar el proceso, o la obra, y que se vuelvan naturales al artista.

La ejecución de la música es un proceso mecánico por lo cual el secreto para lograr el estado natural en la interpretación se encuentra en la práctica. Al practicar una obra, se internaliza y parece naturalizarse el proceso mecánico el cual da la apariencia de espontaneidad del artista. Lo cual se resume en la conocida frase “la practica hace al maestro”, lo cual evidencia que la practica hace a la espontaneidad.

Este concepto podría definirse como la espontaneidad fingida.

Un intérprete que ejecuta con calma, gracia y serenidad crea la ilusión de que no está actuando sino que es el mismo y la espontaneidad del momento aun cuando todo lo que hace implique mucha concentración, trabajo o ensayo anteriores. El público parece creer que la ejecución una obra es un acto natural al artista, pura espontaneidad y genialidad que simplemente ocurren en el momento. Se olvida que el ejecutar una obra requiere mínimamente el conocimiento, la práctica, y el estudio de la misma.  Más lejos llega la improvisación que suele tomar el matiz de la espontaneidad del aquí y ahora y requiere el conocimiento de la teoría musical y la práctica de la misma sobre el instrumento.

En otras palabras, el secreto del éxito de una interpretación sea musical como de cualquier otro arte, reside en parecer natural y ocultar el esfuerzo invertido en lo que se realiza. La habilidad para hacer que lo difícil parezca fácil y sencillo a pesar del esfuerzo invertido en su ejecución como en su práctica.

Cuando se nota el esfuerzo se rompe con la magia, el estado  “estado natural” pasa a ser “estado forzado”, y la espontaneidad del artista con su divina genialidad desaparece. Cuando esto sucede el público convierte al artista de un dios a un simple hombre.

Conclusión
La magia de la naturalidad, y el fluir de la música debe parecer espontaneo. Toda la obra y su interpretación deben parecer nacer en el momento aunque los artistas saben que es una ilusión creada que se logra con el duro trabajo de la práctica, el ensayo o de la composición, el análisis y el estudio.

Una frase, una melodía, una composición se da por un proceso que crece como una semilla, la cual a veces lleva años, muchos años de desarrollo, practica y esfuerzo, muchas veces inconsciente, pero el público exige al artista que todo debe parecer nacer de la inspiración del momento.

Esta magia se rompe al evidenciarse el duro trabajo, el cual paradójicamente es el proceso en el cual se logra esta espontaneidad fingida.

Se hace evidente entonces que cuando el trabajo del artista no logra parecer natural, espontáneo, su trabajo no está terminado.

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5 Comentarios

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  • Se agradece la seriedad y el contenido tan bien desarrollado. Coincido plenamente en todo lo enunciado. Solo la plractica hace al maestro, aunque siempre la cuota de «genialidad» va a ir de la mano con la capacidad que tengamos para hacer pasar desapercibido todo nuestro trabajo y es ahi en donde radica el exito o fracaso de una cancion.
    Saludos a todos l@s colegas y a seguir viviendo la musica!!

  • Gratitudes plenas para la persona/s que se encargaron de armar este blog. Coincido con el contenido, porque marca de una manera explicita la relación de lo que pasa en el momento de componer , el músico de alguna manera se relaciona con una fuente que seria la inspiración y el instrumento, con la practica se unen para lograr algo bueno.
    Si haces música , viví inspirado! 😉


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